porque el tiempo es breve, pero me ama
viernes, 4 de mayo de 2012
Empezaré por decir que no soy una escultura. Soy más bien una instalación, una pintura, un happening, un dibujo a mano alzada, una canasta de mimbre, una tabla de Sarhua. Nunca seré un edificio, pero puedo ser una casa con balcón, jardín y una mecedora en la puerta.
No me casaría nuevamente, pero podría hacerte el amor hasta que se caigan nuestros dientes, hasta que la piel nos cuelgue como pollos de mercado.
Tomar conciencia no me basta, porque nunca me basta nada en el mundo. Sigo deseando que seamos Gustav y Emilie, que el tornado nos coja en cualquier esquina.