porque el tiempo es breve, pero me ama

martes, 14 de octubre de 2014

el tren en el que viajo a toda velocidad es una serpiente voladora. un dragón que nos lleva en sus entrañas con el amor de una madre primeriza. es el río en el que nos sumergimos cada mañana y cada tarde al terminar la jornada. un río en el que hay más peces que agua. un listón de carne que se azota con el viento. //a través de sus ventanas el tiempo es tan bello como una mitocondria. si logro asomar la cabeza entre tanta algarabía, afuera veo venir e irse anónimas hazañas. un muchacho que ha trepado en los hombros de una estatua y besa el cráneo del señor de bronce. huele sus cabellos de una sola pieza. luego, desaparece. es más que imposible todo aquello que la gente abandona en sus tejados. es más que imposible la cantidad de cuadriláteros que convierten los cerros en una imagen pixeleada. un enjambre de luces que se posa sobre las pistas, y un panal de humanos como avispas, son las estaciones. una columna ondulada y zigzagueante. una tripa de fierro y de cemento. holograma, copa de árbol, nebulosa. un puente de saliva y de silencio. verde y electrónica la última llamada. el tren en el que viajo me ha parido. si grito y descubro la existencia de mi voz y de mi aire, estaré más que agradecida.