porque el tiempo es breve, pero me ama

lunes, 21 de abril de 2014

mi vida es una tragicomedia griega gringa. estoy en el tercer día de un resfriado feroz. mi nariz destila moco verde, en ocasiones blanco y bien macerado, adquiere un tono amarillento y una consistencia placentaria. tengo la voz de un transexual y sudo como puerco adobado. tengo que saciar mi sed con infusiones calientes: manzanilla, hierba luisa, té con canela. pese a todo el malestar, esta tarde me he armado de valor y me he bañado. luego he procedido a desenredarme la larga y anochecida cabellera. con la ropa puesta y la boca embadurnada del rojo usual, he caminado hasta el centro fotográfico que está en la avenida más cercana a mi casa para hacerme un retrato.

***

llego al café acordado para nuestro encuentro. lo llamo y le anuncio mi llegada. la espera es breve. él llega sobre platero y lo estaciona a cinco pasos de la mesa que ocuparemos. pero al rato sucede lo imprevisto: él ha dejado la llave dentro del auto y además, el motor encendido, y además (y felizmente) la ventana trasera abierta. ella se introduce por la ventana y salva la tarde. él la bautiza como 'la mujer araña'. estamos los tres bebiendo y charlando. me quejo de lo horrible que es estar resfriada en verano y él sugiere un shot de pisco a manera de remedio.