porque el tiempo es breve, pero me ama

martes, 31 de diciembre de 2013

nueve sensaciones del año que se va

 o algunas cosas que capturé en el 2013









he visto la luz partir muchos y distintos cielos, atravesar el prisma nebuloso y salpicar colores detenidos. aquí o en la distancia todas las cúpulas parecen sombreros y todos los faroles se encienden al caer las seis de la tarde. la lluvia puede ser un río que se desplaza por la pista y que convierte en botes a los más viejos buses. si quiero patearé esa lata en la vereda, y la patearé convenciéndome que es también una bomba, y la patearé además pensando en que puede ser mi corazón. todos los recuerdos son falacias, todos los museos son manicomios bien decorados. todo el amor del mundo se evapora como un perfume se enfatiza al brotar el sudor de nuestra piel.

me he sentado a la orilla de algunos cuantos mares y he dejado mis zapatos en otras tierras, y he obtenido una paciencia musculosa gracias al ejercicio del trasbordo. he olvidado mi nombre y mi procedencia al pisar los aeropuertos. sé que desde arriba somos tan minúsculos que puede que ni dios nos vea. sé del vértigo a la hora del descenso y sé quedarme cuando quiero irme y ahora mismo podría sumirte en la más profunda oscuridad porque tengo las armas lo suficientemente cargadas para agujerear la luna.

el sol nunca podrá ser otra fruta. los árboles son escaleras naturales para llegar a nuestra esperanza más inútil. si un día logras presenciar cómo las ramas de un árbol se convierten en aves, entonces podrás entender lo que escribo. si puedes encontrar la ventaja del vacío, si puedes embotellar el aire, si logras lamer la lágrima antes que continúe su curso hasta tu boca o si logras tomarme de la mano aun cuando mis dedos sean cuchillas nuevas.