porque el tiempo es breve, pero me ama

sábado, 30 de noviembre de 2013

llevo cuatro días en buenos aires. dormimos en la habitación de un hostel de la calle irigoyen. todos los días subimos al quinto piso y desayunamos en el café de la terraza. dos medialunas dulces, un vaso de agua saborizada con pretensiones de jugo de naranja, una tacita de café tinto, dulce de leche, mermelada de frutilla y manteca a elección. intentamos salir temprano para recorrer los barrios de la ciudad, pero casi siempre partimos poco antes del mediodía. ya estuvimos en san telmo, la boca, la recoleta y el centro. visitamos las librerías: el túnel, el ateneo, la calesita y alguna otra de nombre olvidable. he gastado más de la mitad de mi presupuesto de viaje en libros. no sé cómo haré para sobrevivir los próximos días. estoy en la miseria económica y soy feliz.