porque el tiempo es breve, pero me ama

miércoles, 20 de enero de 2016

I.
Si no tengo nada que decirte, entonces nada te diré. breve bosque de pinos, conjunto de ramitas onduladas y caídas que reposan en la falda de mi vestido. Este es mi silencio. Esta es la forma que tengo de no hablarte. De no contarte lo que sigue en la historia de mi vida. Si tengo algo que decirte, entonces algo le diré a los pájaros que saben llegar hasta la puerta de tu casa. A todas las ondas que se forman en el agua reposada. Al golpe húmedo de la piedra en la orilla. A las luces que se hunden en el horizonte ennegrecido. Al verde oscuro de tu aliento claro.



II.
musical es nuestro encuentro. musical y dulce, como las golosinas que se quedan presas en los dientes. musical como el viento volviéndose azúcar quemada que cruje sobre la risa. musical como la insistencia de la mañana al renovarse. iridiscente, como las escamas de los paiches.

III.

zorro de arriba. cocodrilo domesticado. eres todos mis animales favoritos.


IV.
todas las imágenes que nos aterran en este u otro verano se disipan. te dije: eres como el sol poniéndose en invierno. 

V.
zorro de abajo. barba pastosa que se posa sobre el pasto y huele. la humedad obra misteriosamente, como dios. si te dejo entrar demasiado me cubrirás con una enredadera florida. una enredadera que evitará que me desplome sobre los mortales que van y vienen de sus casas. podré existir sin la posibilidad de la culpa. dejaré que traces -quizá- el esbozo de una puerta.