más allá, en otra hilera, una chica sostiene un libro pero mira al vacío. el chico con el libro de garcía márquez no ha logrado apartar la vista de la pantalla de su celular. solo somos tres personas con libros en las manos y ninguno de nosotros está leyendo.
me distraigo leyendo personas.
me quedo mirando fijamente a un muchacho de cabello ensortijado y rubio que a la vez está embobado mirando como juegan dos pequeños niños con un dinosaurio de felpa. uno de ellos gruñe como solo pueden gruñir los dinosaurios de felpa. el otro corre fingiendo miedo a carcajadas.
todos aeropuertos de las ciudades que he visitado son el mismo lugar. diseñados como islas seriales y plásticas. sao paulo, santiago, buenos aires, df, lima. maniquíes de distintos colores con la misma expresión. llevo en la cartera dólares, pesos y soles. si digo 'suspiro' en lugar de 'merengue' me miran con gracia. lima debe ser el único lugar del mundo donde los suspiros son comestibles.