porque el tiempo es breve, pero me ama

lunes, 26 de octubre de 2015

el altar mayor de la iglesia de san sebastián en lima es bellísimo.

ayer irrumpimos a mitad de la misa nocturna para observar vírgenes y santos de yeso. estaban vestidos con paños finos, grecas brillantes y gestos lustrosos. el público presente acompañaba con palmas acompasadas sus cantos corales, cantos que por cierto eran en quechua. algunos fieles miraban mis piernas. logramos escabullirnos por cada una de las bóvedas. tú iluminabas con una pequeña linterna el rostro de los santos. me hablabas de historias fantásticas, con tanta paciencia y entusiasmo que podría haberte amado sobre la sacristía. intercalabas lo universal con lo personal. la tarde había sido un atado de experiencias y miradas risueñas. me obsequiaste golosinas. compartimos el pan de lo cosanguíneo. bebimos del vino reinventado de la memoria.