porque el tiempo es breve, pero me ama

lunes, 23 de marzo de 2015

7.
coincidimos en varios puntos: a ambos nos excitan los labios rojos y los dientes partidos de isabella rosellini, nos deshacemos ante la voz de roy orbison y hemos visto este film tantas veces que podríamos recrear los diálogos más siniestros. esa historia de amor disfrazada de película de misterio, la mente perturbada de lynch en su estado más inocente, es el precedente indicado a la larga bienvenida que luego me propinará tu lengua.

8.
al salir de la ducha me propones jugar tiro al blanco. dibujas en una pieza de papel kraft una ventana dentro de otra ventana dentro de otra ventana. sujetas el improvisado tablero al espaldar de una silla y me enseñas a cargar de balines la carabina. en el primer tiro lastimo uno de mis pómulos y me riñes. me enseñas a sujetar correctamente el arma. apoyar el lomo contra el hombro y asomar con un guiño el ojo por el punto de mira y prepararse para asumir responsablemente el contragolpe de la descarga. ahí va un nuevo intento. se incrusta sobre una de las ventanas de papel. el ejercicio continúa hasta la salida del sol.

9.
la deshidratación no se alivia con el vino. otra forma de hambre nos invade. son las tres de la mañana y en tu cocina deshojamos un atado de espinaca. rodajas de tomate. láminas de queso fresco. brindamos con la bocas llenas. cenamos a destiempo con los cuerpos fríos y desnudos. me cuentas cómo podría conquistarte para siempre. 'siempre' es una palabra complicada, pero podría obsequiarte un ramo de alfalfa, colorear mi cabello con sus flores, parecer por un instante la nostalgia de tu niñez perdida.

10.
estás tumbado y sujeto a mis piernas. me coges como si estuvieras a punto de caer. me coges como si quisieras salvar tu vida. te leo aquel poema de las aceitunas. te leo aquel otro poema y me dices que en tu vida aquella mujer que lava el pequeño acuario soy yo.

11.
las calles están mojadas por la lluvia pestilente de mi ciudad. el auto va a toda velocidad, a todo volumen, y caen redondas redonditas las nubes sobre el parabrisas. las lágrimas del cielo son puntos que se expanden, puntos que al rodar sobre las lunas se convierten en brevísimas trayectorias sin destino. las calles están mojadas, el agua suena al ser arrollada por los neumáticos, el grito del agua caída se chorrea por las alcantarillas.