porque el tiempo es breve, pero me ama

viernes, 21 de febrero de 2014

al amor se ha dicho


HICE ESTA CANCIÓN PARA CONVENCERTE

DE QUE CACHEMOS ¡YA!


[ ESCRIBE: KARINA VALCÁRCEL ]

Tenía 16 años y cursaba el quinto de media cuando un muchacho me regaló el que sería mi primer casete de rock nacional. Era el año 2001 y Libido estaba de moda y mis compañeras juntaban las propinas para comprar fotos de Salim Vera a un señor que lucraba con el auge de nuestras alborotadas hormonas, a la salida del colegio. Pero no fue un casete de Libido lo que me había obsequiado el chico aquel. Por aquella época era yo una señorita modosa que juntaba bien las piernas al momento de sentarse y que nunca en su vida había estado en un pogo sangriento. Grande fue  mi desconcierto al leer el infame título impreso en letras rojas: ‘Suicida de 16 y otras canciones’.

Fue casi un año después que me digné a hacerle caso al mencionado casete. Quizá porque recién me empezaba a gustar aquel muchacho autor del obsequio o quizá fue que mi recurrencia a la escuela de artes en el centro de Lima me hizo sentir más desprolija y under. Recuerdo claramente la primera vez que escuché el ‘Suicida de 16’. Incluso recuerdo estar sacando de la casetera de la radio de mi hermana mayor una cinta pirata de Ricardo Montaner. Tengo grabada en la memoria –y pa’ concha en plano detalle- la imagen de mi mano introduciendo el objeto de plástico transparente, el sonido de la puertita de la casetera al cerrarse, el durísimo botón de ‘play’ siendo apachurrado y ¡zaz! Una orgía de instrumentos musicales inaugurando el lado A con el tema nombrado ‘Intro’. Luego Doctor Merengue, luego La inocencia primaria del diablo y luego una de las canciones más pastrulas que he escuchado en mi vida: Celtar. Y de pronto oír esta cinta se convirtió en todo un viaje de sensaciones, porque ya no era solo el llamado vehemente a saltar y mover la cabellera de forma frenética, sino que luego hubo un ‘Campo minado de corazones’ en el cual echarse a descansar, un precioso tema instrumental en clave de música andina. Tan solo la guitarra y entres sus cuerdas, los dedos de Rafo Ráez, el causante de toda esta bonita experiencia.

‘Suicida de 16 y otras canciones’, grabado y mezclado en un verano del año 1996, fue la música a la que siempre volví durante muchos años de mi vida y en distintas situaciones. Cuando mi sueño de estudiar artes plásticas declinó me gustaba corear ‘Y que el arte te harte’, frase del tema ‘Si pudiéramos vivir’. En mi lista de reproducción de música para follar tengo un lugar reservado para el tema ‘Edén’. En algún momento en el que fui vencida por ese estado de estupidez en el que nos sume el amor me gustaba cantar ‘Cuanto de mí es solo tu voz encarnada en mí’ y ahora mismo, mientras escribo esta nota suena por los parlantes de mi laptop ‘Los regalos del viento’.

Mención aparte merece el tema que le da título a la grabación. Suicida de 16 es la reflexión hecha por un adolescente que termina por saltar desde lo alto de un edificio y parafraseando un poco: su depresión lo había llevado al límite, pero él quería pensar, reconsiderar la alternativa del suicidio y sin embargo, llegaron las vecinas y luego la prensa y todo se fue un poco a la mierda. ‘Este casete es resultado de un tipo de desconfianza ante los medios masivos de comunicación. Desconfío de sus gustos, desconfío de su moral, de su tamaño, de su inteligencia de 100 metros planos’ escribió Rafo por aquella época, en el librillo que viene con el casete.

‘Suicida de 16 y otras canciones’ fue luego editado en disco compacto (también lo tengo, y encima autografiado) y después de un tiempo ya no se hallaba en ninguna discotienda, ni si quiera en Galería Brasil. Es por eso que me llena de alegría saber que el disco ha sido reeditado este mes y este año, y ya se puede conseguir en las discotiendas que sobreviven en nuestra ciudad: Phantom Music, El Grito tienda, GJ Records, Moving Sound, entre otras. De mis dulces 16 este objeto es lo único que se preserva intacto. Todo lo demás fue arrasado por la cochina realidad. Es un buen disco, créame, no se arrepentirá.
_____________________________________________________________________________
*Si usted llegó hasta acá esperando alguna explicación sobre el título de esta nota, seré buena y no le dejaré la duda. ‘Al amor se ha dicho’ es algo así como una antibalada, quizá la más sincera canción sobre el amor y el deseo, también está incluida en este CD  y versa así: ‘Hice esta canción para convencerte de cachemos/ no voy a pedírtelo/ hice esta canción para demostrarte’ cuánto te quiero/ no voy a rogarte (…)”


 ---
Publicado en la edición N.° 51 de la revista Velaverde