porque el tiempo es breve, pero me ama

sábado, 7 de diciembre de 2013

estoy alone in kyoto. estoy solísima con un solísimo sol afuera y he cerrado la cortina. entonces la habitación se inunda de ámbar. si me quito la ropa, la luz dorará mi piel y será un manto enorme que oculte las arrugas y cierre los poros y amanse los pelos. estoy sola en el segundo piso y escucho a lo lejos las voces de mis padres. he caído en una madriguera profunda. desde aquí los sonidos son como las voces de las hormigas en los dibujos animados. si alguna luz quisiera hacerme compañía, mi mente enseguida la extingue. soy un dragón que echa polvo blanco en vez de fuego. soy un monstruo cuyas escamas son también púas, y son también plumas, y también no son, y quiero que vengas a domarme. soy un animal que se enrosca y oculta la punta de la nariz con gesto resentido. puedo pegar la oreja al vientre y escucharte existir a lo lejos.

alguien construyó una casita en mi ombligo. el hombre que vino a habitarla, hizo luego un sótano y luego un búnker. un día estalló la guerra y todos corrieron hacia mí. luego alguien dejó caer una escalera de soga, los exploradores descendieron hasta el núcleo y hallaron cascadas, dinosaurios y a Verne meciéndose tranquilo en una hamaca.

estoy escuchando tu corazón que tiene el tamaño del punto que hago con un lápiz recién tajado. lo escucho como si fuera un desfile de fiestas patrias transitando en el caracol de mi oído. el señor que toca el bombo se quedó a vivir en el laberinto. el otorrino lo bautizó: laberintitis.

pequeño, no puedes quedarte porque van a demoler la casa y construirán un chiquero de lujo. solo los cerdos están invitados.