porque el tiempo es breve, pero me ama

viernes, 4 de octubre de 2013

(A)
mira, tengo en estas cajas embalados todos los objetos que no dejan zarpar el barco. ya lo dije y si no lo dije, seguro lo escribí alguna noche en mi pared, con una barrita de óleo pastel, color azul: los objetos son nuestra memoria auxiliar y/o complementaria. todos cumplen la misión de convertir la evocación en un deporte extremo. mi afición por los objetos. mi enfermedad por los objetos. me lo explico muchas veces, tengo teorías que abastecen de paz los distintos focos de ansiedad de mi consciencia. adoro poder levantar cada uno y decir: en este pequeño vaso me ahogué tres veces, luego de morir tanto, estar vivo es lo menos que temer. adoro darle cuerda a esa caja musical donde un gato baila, sosteniendo un pollito en el puño cerrado. conservar los trofeos de las desapariciones. pero ahora, me he sentado frente al puerto, estoy mirando ese gran bólido acuático y humeante y puedo ver que empieza a gangrenarse de óxido y moho -la humedad es compañía corrosiva- y aunque mi intención era dejar que el barco se pudra y se descascare y así presenciar su lento y espantoso hundimiento, creo que ahora solo cogeré las cajas, les haré unos huequitos (para que respiren los recuerdos que viven dentro) y las arrojaré al mar. de esa forma habré asesinado a todas esas criaturas. el horizonte recobrará su forma original, y será llano, como las convicciones.


para una foto de m.t.