porque el tiempo es breve, pero me ama

lunes, 30 de septiembre de 2013

esta entrevista salió publicada en el número 30 de la revista VelaVerde, por cuestiones de espacio no entró el párrafo donde Arturo cuenta la historia de su poema sobre Tarzán, así que se los dejó por aquí, al final de las imágenes



CUÉNTAME LA HISTORIA DE TARZÁN Y EL PARAÍSO PERDIDO*
Esa es un historia muy interesante. En la década del sesenta se me metió en la cabeza escribir un libro sobre los artistas de cine. Hasta ensayé un nombre provisional: “Pantalla Panorámica”. Entonces, hice una lista de todos los artistas de los cuales iba a escribir, ahí estaría Tarzán, por supuesto con Chita y Jane; Drácula, El llanero solitario… en fin, hice una larga lista y empecé a investigar sobre sus vidas. Descubrí muchas cosas sobre los artistas, hasta de Popeye y luego escribí una balada contra Popeye. Algo que tengo que confesar es que mi adolescencia la pasé enamorado de Jane, soñaba con ver a una enamorada de esa época vestida a la usanza de Jane, caminando por el parque San Isidro (risas)… y entonces, descubrí sobre Tarzán muchas cosas, tenía todo el material y no sabía cómo empezar. Un día que estaba en el periódico “Hoy” (trabajaba ahí en ese entonces) nos llegó un cable que daba la noticia de que Tarzán se había vuelto loco, eso me hizo escribirlo de un solo tiro, el poema que menos he corregido. Tendrá 3 o 4 correcciones. Pero bueno, descubrí por ejemplo que Tarzán nunca había gritado, el grito había sido una mezcla de laboratorio, de los gruñidos de un cerdo y las notas de un tenor. Que Chita no fue una, sino varias monas. Es un poema que ha tenido mucha difusión. Una vez me pasó algo curioso: en Venezuela me hicieron repetir su lectura, lo leí dos veces, es con el único poema con el que me ha sucedido. Otra vez, en Ecuador, terminé un recital y en la recepción se me acercó una dama y me dijo que le había emocionado mucho el poema de Tarzán; a su vez me confesó que ella había estado enamorada de Tarzán, que había conocido a Johnny Weissmuller, el verdadero. Ahí estábamos, ella hablándome de los brazos musculosos de Tarzán y yo, de las delgadas piernas de Jane, le dije: ¿Cómo no supimos? Podríamos haber salido los cuatro (risas)… parecíamos dos amantes abandonados conversando de nuestros amores perdidos: de Jane y de Tarzán.

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 * “Tarzán y el paraíso perdido” es un poema que no está incluido en Noé Delirante, pero aparece en los libros “Puerto de la memoria” y “Breviario de Santa Inés”