La vida sólo se justifica cuando es un combate por el perfeccionamiento individual o por el mejoramiento de la condición humana. Ambas posibilidades pueden excluirse pero también complementarse. Me parece indigna la vida dedicada a la acumulación de bienes materiales, a la búsqueda del poder por el poder, a la conquista de una posición o de un nombre, así como detesto la vida cerril, vegetativa, resignada e incuriosa del pequeñoburgués o del obrero calificado. Decir que la vida es una y corta es argumento de doble filo: precisamente porque es una y corta debemos esforzarnos en darle un carácter creativo. El escritor solitario que lucha contra las palabras para edificar una obra superior, el hombre de ciencia que se desvela por descubrir o inventar algo que salvará vidas o ahorrará esfuerzos, el líder político que se enfrenta al poder para acabar con una injusticia, son ejemplos de vidas creadoras. El creador es aquel que considera su vida no como un fin en sí mismo sino como un instrumento al servicio de una realidad que lo trasciende: arte, ciencia, justicia, verdad.
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